domingo, 22 de mayo de 2011

Cuarta Entrega

“Hay Isabella no importa q no te vengas a ver cmo te va cn tu abuela hay te veo otro día” escueto, cortante, frio, un mensaje envenenado con la toxina del despreció. ¿Qué no importa? Así sencillo dos palabras era suficientes para tirar abajo lo que tanto habían planeado y sobretodo aguardado. ¿Dónde estaba su amiga que hacía hasta lo imposible porque fueran juntas a todo? ¿Aquella amiga que se preocupaba por ella? ¿Dónde quedo nuestra amistad? Se preguntaba Isabella, con la congoja indescriptible que causan las dudas del amor o la amistad. Un relámpago ilumino el tormentoso cielo, que parecía con la lluvia acompañar la tristeza de Isabella. Él estruendo la asustó y sintió como un escalofrío le recorría la espalda. Fue entonces en ese preciso instante que se percató de que su inseparable amiga, compañera de mil y una aventuras, confidente de íntimos secretos, su “Hermana del Alma “ no había mencionado nada acerca de la ruptura, como tanto había temido. La duda que cual hiedra se enraizó en su interior florecía ahora en toda su plenitud, la flor, hermosa de pétalos negros como la tristeza y su aroma tan fragante como punzante, era la esencia de los sueños e ilusiones rotos, era el perfume de la desolación. Isabella no sabía que hacer o que pensar, y decidió que el tema no debía de perturbarla más, aunque esta fuera la respuesta a muchas de las interrogantes que como espíritus rondaban su alcoba. Por primera vez sintió un vació en el pecho, como un agujero donde los remolinos de recuerdos, tristeza y nostalgia succionaban sus ser. Muestra inequívoca de que se encontraba completa y absolutamente sola, él la había dejado, sus padres de viaje, su mejor amiga perdida como su amistad. Simplemente parecía ser que su vida se escurría como la arena del mar en sus manos. Dejo el celular sobre la cama, debía calmarse se repetía para sí Isabella. Con la lentitud de quien se encuentra sin rumbo, dirigió sus pasos al estudio de su padre para encontrar a quien fue su amigo de la infancia, el único que cuando era pequeña era capaz de calmarla. El estudio era una sala amplía que al igual que la habitación de Isabella tienen el privilegio de tener un vista hacia la ciudad, en medio de la misma se hallaba un mesa de vidrio coronada por un escultura en bronce de un balletista ejecutando un pirueta. Una de las paredes estaba cubiertas de los más diverso cuadros que sus padres había comprado en diferentes subastas o bazares de beneficencia y en la otra, grandes libreras que guardaban entre sus hojas un bien que el hombre ha buscado durante casi toda su existencia: La sabiduría. Al final de la sala se encontraba el escritorio de su padre que se mantenía tan limpio y ordenado que parecía que nadie trabajara en él. Al fondo de la habitación cubierto por el polvo de la suciedad y del olvido se hallaba su piano de cola. Compañero de clases y recitales, orgullo de sus padres, y antigua afición de Isabella. Levantó el bastidor, quito el polvo que cubría al taburete y se sentó. Las antes hermosas teclas de marfil hoy amarillas por el paso del tiempo y el abandono le dieron la bienvenida. Coloco sus pies sobre los pedales. Cerró los ojos, dio un suspiro y dejo que todas sus emociones la embriagase. Al roce de sus dedos con el teclado la inspiración le sobrevino, una tecla siguió a la otra, creando tras de sí una sinfonía melancólica, triste, sublime. A cada tecla se liberaba del dolor, toco con furia con el sufrimiento en el corazón, con la mente en él y en su soledad. Toco y toco las manos empezaban a dolerle, pero en un acto masoquista continuo tocando, como si hubiera encontrado el remedio paras sus aflicciones por medio del dolor y de la música. A medida que tocaba la composición era más bella y triste a la vez y parecía envolverla en un sopor de recuerdos y memorias que desfilaban por su mente, inspirándola, concibiendo que sus manos se movieran en sincronía con sus dedos a una velocidad inusitada. Las manos le ardían, los dedos le pesaban y su mente sanaba, al compás de la música. Cuando el ardor llego a ser insoportable, Isabella sosteniendo en la última tecla termino su triste y reflexiva pieza. Se reconcilio por un momento consigo misma, el procesado de cicatrizar la herida que laceraba su compungido corazón empezaba a sanar a un paso lento pero necesario, la depresión continuaría siempre como un fantasma atormentándola pero al fin se vislumbraba una luz al final del camino. Decidió prepararse algo de comer el apetito le había vuelto y su estómago le dolía. Dejo el piano, can la idea de regresar más tarde y tocar, en parte porque las añoranzas del pasado siempre son las alegrías de presente, de aquellos años en donde los problemas y preocupaciones eran palabras de adultos además de sentirse un poco mejor después de tocar. Estando en la cocina calentó en el horno uno de los platos que la mucama había dejado preparado antes de salir de vacaciones. Era su platillo preferido: La pasta. Metió el plato al horno y dejo que se calentara hasta que el dulce aroma de la salsa, la carne y la albahaca invadieron la cocina. Isabella supo que estaba listo, apago el horno y dejo que el plato se enfriara un poco antes de sacarlo. Se sirvió un poco de agua y se refresco la garganta. Saco el plato aun humeante, tomo el vaso de agua y se sentó en el comedor a disfrutar de su comida. El primer bocado le supo a gloria era la mezcla perfecta entre las especies, la albahaca, la salsa de tomate, la carne y la pasta. Sabores, sensaciones, placeres. Todo en un mismo plato. Comió con avidez disfrutando de esa combinación perfecta, cuando de nuevo tomo el tren al mundo de los recuerdos: Noche alegre, de emoción, nervios y preparativos. Él llegaría por primera vez a cenar. En la cocina cundía la agitación, Isabella, su madre y la mucama entregadas a la preparación de los platillos. El menú lo había planeada días antes. Parecía más bien un festín para un rey, Carpaccio de entrada para poder compartir, el plato fuerte Ravioli a la carbonara, y ensalada de aguacate con aceite de oliva, y de postre mousse de fresa con un toque de chocolate. Se dispuso la mesa en la pérgola se apagaron las luces y encendieron las velas, la música era tranquila y relajante una playlist de las que se habían mutuamente dedicado, canciones que se habían memorizado. Simplemente sus canciones. Se retocó antes que llegara, los labios, las pestañas un poco de sombra y ya está, perfecta, lista para la noche. El timbre sonó anunciando su llegada, ella fue a abrirle con la ilusión y el corazón latiendo a mil por hora. Abrió la puerta de par a par y lo vio hay parado con una camisa polo y unos jeans, no veía sus manos que tras su espalda ocultaban un hermoso ramos de rosas que el le entrego soltando un “Te Amo”. Ella tomo el ramo en sus manos y apreció la belleza de las rosas a las que encontró hermosas, le agradeció con un dulce beso en la mejilla y susurrándole al oído: “Te amo más, eres mi vida, mi todo”. Entraron a la casa, la madre de Isabella al igual que su padre lo saludaron y resolvieron salir a cena, para darse ellos también un respiró y recordarse mutuamente su amor. Confiando Ciegamente en su hija y en que sabría comportarse a la altura de la situación. Lo Guio hasta la pérgola, donde le mostro la mesa y la decoración, él, maravillado por el ambiente del lugar no dejaba de alabarla y deshacerse en cumplidos, sobre su vestido, su casa, la pérgola, las velas, la música, en fin: “Cuantos motivos para amarte” le repetía una y otra vez. “Eres un cursi, ¿Lo sabes?” Se reinan los dos juntos, abrazados, embobados mirándose como la primera vez a los ojos.

3 comentarios:

  1. Muy buen cuento, es cautivador desde el principio, no vale la pena hacer mucho comentario ya que es un muy buen cuento y el autor sabe que es lo que esta escribiendo.

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  2. Excelente forma de escribir por parte del autor. Algo que podría ayudar seria separar el cuento en párafos, ya qe uno se cansa de leer de corrido. Muy buena maza

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  3. saludos, me gusto mucho, la lectura fluye muy rapido y es atrapante, empece y lo termine enseguida, me encanto el hecho de que uses la forma de escribir que utilizan muchas personas en el internet ( abreviaturas o emoticones) incluso estos nuevos codigos linguisticos es mi tema de tesis.
    Seria bueno separar un poco los parrafos para descansar un poco la lectura.
    felicidades!!

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